«Dice José Saramago que los libros hay que abrirlos con cuidado, porque tienen dentro al autor, con toda su sensibilidad, con todo lo que le ha hecho ser único e irrepetible. Dice que hay que pasar la yema de los dedos por los lomos de los libros con un gesto cómplice, decirles a los escritores que no están olvidados y demostrarlo acudiendo a ellos, hoy un libro, mañana otro, para que no se desesperen mientras nos aguardan y nos reclaman. Esta biblioteca tiene gente en los estantes y Saramago pensaba pasar con ella mucho tiempo, venir a leer y conversar con sus contemporáneos o con quienes le habían precedido».
Fuente: Pilar del Río sobre la Biblioteca de José Saramago, en ‘A Casa’, Lanzarote