El orígen del Diablo.

[ —Para el ocultista, la Naturaleza es una madre hermosa, pero al mismo tiempo es (“FRÍA como el mármol”). Sin embargo, estas cualidades sólo son aplicables a la Naturaleza física, mundana y externa. Para los que sólo ven el exterior, la Naturaleza es un inmenso matadero, donde el carnicero es hoy el verdugo, pero mañana será la víctima. Es un continuo matar y morir… —El pesimista profano, viendo esto, convencido de las numerosas imperfecciones, frustraciones y, sobre todo, de las tendencias egoístas de la Naturaleza, no cree que haya ninguna Divinidad escondida en ella, ni que haya nada divino. El físico y el científico materialista también creen que la Naturaleza se rige por fuerzas ciegas y por el trabajo del azar. —El ocultismo, sin embargo, que considera a la Naturaleza física como un manojo de ilusiones y que reconoce en todo dolor y sufrimiento de este mundo la angustia necesaria para una incesante procreación y continuidad de la forma, para una evolución constante y gradual de la esencia, en busca de la perfección, siempre bajo la influencia silenciosa del •••implacable Ley del Karma, la ve como la Gran Madre y bajo una luz diferente. —Para el Ocultismo, quien vive, en este mundo, sin sufrimiento, se estanca. Si ha venido obligatoriamente a vivir, es por la fuerza del Karma y para resolver tendencias de vidas pasadas, si es que aún no ha creado ninguna. —La Iglesia cristiana, en cambio, que ha creado un Dios personal y un Diablo personal, ve en la acción del Karma la obra del Diablo. Es el propio hombre el que causa el mal en la tierra a través de la influencia del Diablo, que le induce al mal… La teología, al final, se vio como víctima de lo que ella misma había engendrado. Creó un Dios Creador de todas las cosas del mundo, pero al darse cuenta de que el mal, como interpretación humana, existe en la Naturaleza, no pudo admitir que Dios, Creador de todo lo que existe, pero supremamente bondadoso y misericordioso, pudiera haber creado el mal. Se encontró atrapada, en un callejón sin salida, sin explicaciones. —Entonces, en un truco de magia, buscó en las escrituras paganas, orientales, el incidente de los Asuras, los Manasaputras, que, convocados por la Jerarquía Creadora para dar mente al hombre de la Tierra y despertar, o crear el Hombre Interior, fracasaron en este intento y fueron obligados por el Karma a encarnar en las «formas decadentes y viles», donde deberían despertar la mente. —Esto inspiró el distorsionado episodio bíblico de los «Ángeles Caídos», la rebelión de Lucifer, etc., encontró (la Teología) una salida y maquinó allí la creación de los Ángeles rebeldes, que se convirtieron en los Demonios y fueron, por Dios, arrojados a la Tierra, para quedarse influenciando al hombre a pecar, a hacer el mal. —Los llamados «Ángeles Caídos» son la propia Humanidad. —> El demonio del orgullo, la lujuria, la rebelión y el odio NO existía antes de la aparición del hombre físico Autoconsciente. Fue el hombre quien engendró y creó el Demonio, y le permitió prosperar en su corazón; también fue él quien infectó al Dios interior, al Dios que habita en él, enredando el Espíritu puro con el Demonio impuro de la Materia. Y así como el aforismo cabalístico (Demon est Deus inversus), encuentra su corroboración metafísica y teórica en la Naturaleza dual manifestada, es igualmente cierto que su aplicación práctica sólo se encuentra en la Humanidad

(DOCTRINA SECRETA*).

H. P. Blavatsky.

Caminos hacia tu espiritualidad.

6 caminos que te llevan hacia tu espiritualidad

Todos podemos conectar con nuestro parte más espiritual, tú también. Solo tienes que encontrar la práctica que se adapta mejor a tu manera de ser.

6-claves-como-conectar-con-espiritualidad

1. ABRE UN ESPACIO EN TU VIDA PARA LA ESPIRITUALIDAD

Para poder conectarte con ella necesitas dedicarle tiempo, aunque la manera pueda ser personal. Una práctica insertada en la vida cotidiana nos da una cierta garantía de continuidad, dado que la conexión es un proceso que se va dando a lo largo del tiempo.

Una buena opción puede ser dedicar un espacio de la casa para construir un pequeño altar. Será el lugar donde podrás permitirte entrar en contacto con tu Dios y con tu propio mundo sagrado interno, con tu corazón. También aquí podrás meditar.

Otra buena manera es estar en contacto con la naturaleza y embeberse de la belleza de los paisajes y la pureza de los elementos y seres que nos rodean, dedicándote a la contemplación.

2. CONFÍA SIEMPRE EN TU INTUICIÓN

Es importante que lo hagas tanto a la hora de decidir qué camino escoger como cuál es la práctica que te va a ir mejor. La espiritualidad no es algo que tenga que ver con la razón. Teniendo en cuenta además que es algo que está dentro de nosotros mismos y que todos tenemos, deja que sea esta fuerza interior la que te ayude a escoger el camino.

Seguro que has tenido experiencias espirituales alguna vez, y más probablemente en la niñez o en momentos cumbre de tu vida. Solo hace falta reconocerlos y validarlos. Dejarte guiar por la intuición puede ser un primer paso para salir de la mente racional.

3. DECÍDETE A PROBAR NUEVAS TENDENCIAS

Recientemente se han popularizado propuestas desvinculadas del mundo religioso y cercanas al hecho científico, como el mindfulness. Es una buena vía para quienes se sientan alejados de todo dogma y doctrina.

Supone la confirmación científica de la bondad de las prácticas meditativas ancestrales de los místicos de todas las religiones. Son muchos los estudios que muestran los beneficios del mindfulness para nuestro cerebro y nuestra salud.

4. BÚSCALA A TRAVÉS DE TU CUERPO

La forma más conocida y tradicional es el yoga, que mediante posturas y la respiración consigue que los practicantes entren en estados de conciencia que permiten la conexión con lo espiritual.

Dicen que el cuerpo es la expresión del alma. A través de prácticas corporales podemos conectarnos con la espiritualidad.

Cualquier tipo de trabajo corporal que deshaga tensiones y exprese lo que nos está ocurriendo nos puede ayudar. El tantra a través del sexo y la respiración muestra un camino para unirse al Todo. Y técnicas agradables, como ciertos masajes, o prácticas corporales, como el movimiento auténtico, que permiten la expresión de nuestro interior, son otras vías para acceder a esa parte que sabemos que existe pero que no tiene nombre.

5. APÓYATE EN UNA ACTIVIDAD ARTÍSTICA

El poder dibujar o pintar, ya sean mandalas –unas figuras geométricas utilizadas en el budismo como una forma de meditación– o cualquier otro tipo de pintura, nos puede ayudar a conectar con nuestra esencia. El arte en todas sus formas nos permite liberar lo que está en nuestro interior y trascendernos para conectarnos con algo que está más allá de nuestro ego.

La música, con su lenguaje diferente, nos aleja de la razón y a través de las emociones y el mundo que dibuja nos transporta más allá… Como dijo el periodista Iñaki Gabilondo en una entrevista: “La música me transporta allí donde la racionalidad se detiene y empieza todo aquel mundo secreto del cual no sabes casi nada, pero que intuyes. Y a mí me gusta mucho estar en este lugar, porque mi mundo se amplía. Es un lugar que te completa como persona”.

6. ADÉNTRATE EN ALGUNA TRADICIÓN

Algunas personas se sentirán más cómodas en ambientes religiosos tradicionales y comunitarios. Otros pueden preferir conocer aportaciones de Oriente, como la meditación zen, con sesshin (retiros) y shangas (comunidad de practicantes), guiados por maestros confirmados.

Otras vías son el budismo con sus distintas prácticas, como la meditación vipassana. También puedes probar a participar en una ceremonia de tradición sufí o adentrarte en el hinduismo que practica la meditación vedanta advaita.

Mireia Darder

Psicóloga clínica

Fuente:

CUERPOMENTE.

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