Los Elementales.

Los elementales, también conocidos como seres elementalesespíritus elementales o genios de la naturaleza, son una categoría de seres mitológicos relacionados directamente con los elementos de la naturaleza, de la que se les considera formadores y protectores. Al estudio de los elementales se le conoce como Elficología (del francés Elficologie) o Feericología; en países de habla inglesa se conoce como Fairyology.

Según las creencias populares, los elementales se encuentran en otra dimensión distinta a la material en la que los humanos se mueven normalmente. Se cree que los animales y los niños pequeños tienen la capacidad de verlos. Se dice que es posible hacer rituales para invocarlos y que son usados en la brujería y en la alquimia con el fin de lograr objetivos mágicos.

Los elementales fueron descritos por primera vez, de manera teórica, en las obras alquímicas de Paracelso, quien se basó a su vez en la teoría de los elementos naturales sistematizada por Empédocles y Aristóteles en la antigua Grecia. Según Paracelso y sus seguidores, las cuatro categorías básicas de elementales son las siguientes: gnomos (de la Tierra), ondinas (del Agua), sílfides (del Aire) y salamandras (del Fuego),1​ aunque existen otras clasificaciones, dependiendo de las fuentes y de los lugares.

La danza de las hadas, obra de August Malmström (1866).

Historia y características

Los antiguos romanos creían en la existencia de los genius loci («genios del lugar»), espíritus primordiales que eran «dueños» y protectores de determinados lugares. Cuando se construía una casa o cualquier otro edificio, se creía que ese lugar le pertenecía a un genius loci, por lo que siempre se le debían presentar ofrendas y pedir permiso para construir, solicitando además su protección para los habitantes del lugar. Los genius loci eran representados normalmente con la figura de serpientes y siempre estaban presentes en los lararios, altares domésticos de las casas.

Según la investigadora alemana Jeanne Ruland, los elementales son seres con conciencia individual que viven en los elementos de la naturaleza y tienen diversas funciones, desde los creadores hasta los guardianes; por ejemplo, un elemental sería el encargado de crear el polen de una flor, mientras que otro se encargaría de proteger a esa misma flor. A los cuatro elementos tradicionales (Fuego, Agua, Tierra y Aire), se añadiría un quinto elemento, el Éter, que lo penetra y vivifica todo. Para Ruland, los seres elementales solo pueden moverse dentro de su propio elemento y en el elemento Éter.2

A la dimensión que habitan los elementales —que se considera intermedia entre el mundo de los dioses y el mundo de los humanos— se le conoce de múltiples maneras; en los siglos XVIII y XIX se le llamaba «Reino de las Hadas» y «Reino de los Espíritus», un lugar por fuera de los límites del mundo material. Más recientemente se le ha conocido como «Plano Astral», «Plano Interior» o «Mundo Etéreo», y se cree que ese mundo, al que los humanos por lo general solo pueden dar miradas ocasionales, se encuentra separado del mundo material por el fino velo de la conciencia. Los seres elementales también han recibido múltiples apelativos como «espíritus naturales», «ayudantes de los dioses» o «semidioses», y han estado presentes principalmente en las tradiciones paganas de todo el mundo.3

En la magia tradicional se cree que los elementales controlan o representan arquetípicamente los elementos alquímicos del Aire, la Tierra, el Fuego y el Agua, por lo que se invoca su presencia (bajo la forma de los elementos físicos que representan) en los círculos mágicos y rituales. Sin embargo, esta invocación suele ser un mero remanente de las antiguas tradiciones, en las que se invitaba a los seres elementales a participar en los rituales mágicos de los círculos. En dichos rituales nunca podía faltar la invitación al hada de la ira y a la de la retribución; el olvido de estas invitaciones, que podía tener terribles consecuencias como maldiciones y hechizos, quedó en el recuerdo de algunos cuentos de hadas tradicionales.4

En todas las culturas en las que se cree en estos seres existe la creencia de que se puede ganar el favor de los elementales presentándoles ofrendas y libaciones. En el área rural de Yorkshire, Inglaterra, se creía que a las hadas les gustaba la leche fresca y que muchas veces mamaban de los senos de las mujeres que estaban amamantando niños pequeños. En otras culturas se les ofrecen a duendes y hadas multitud de otras ofrendas como licor, dulces y objetos brillantes.

En Irlanda la creencia en seres elementales ha estado tradicionalmente muy arraigada, algunos de los más conocidos son los Leprechaun y las Banshees. La tradición nacional atribuye a San Patricio haber exorcizado a los duendes irlandeses.

Clasificación

La siguiente es una clasificación básica de los seres elementales, aunque existen muchas otras:

ElementoElementalesEvocaciónCualidades
ÉterDevasCoros AngélicosSiempreEspiritualidad y trascendencia
AireSílfides, Silfos, Sylvestris, ElfosPrimaveraInspiración e inteligencia
FuegoSalamandrasDragones, Vulcanos (o Vulkani), DjinnsFénixVeranoEnergía y fuerza vital
AguaOndinasNereidasNinfasSirenasTritonesOtoñoSentimientos y emociones
TierraGnomosDuendesHadasGremlinsGoblinsDríadasTrasgosTrollsOrcosFaunos o SátirosInviernoEstabilidad física y material

Víspera de verano, obra de Edward Robert Hughes (1908).

Algunas descripciones de los elementales más comunes son las siguientes:

  • Elfos: Elementales de Aire (o del elemento Tierra según algunas versiones) que están muy presentes en las mitologías germánica, nórdica y de Gran Bretaña, representados en figura masculina y femenina. En los bosques de Escandinavia son llamados Alfar, o raza de Huldre. Generalmente se cree que existen al menos dos tipos de elfos: los elfos oscuros y los elfos claros. En las islas británicas suelen ser tan pequeños que se les confunde con las hadas, pero en ciertas regiones de Europa continental se les suele representar mucho más altos. Se dice que los elfos sienten una gran fascinación por las piedras preciosas.5
  • Dragones: Los Dragones son elementales de Fuego a los que se describe habitando en cavernas, volcanes y en las profundidades de la Tierra, junto al fuego subterráneo, donde se cree que custodian tesoros. Existe la versión de que los Dragones no son exclusivos del elemento Fuego, sino que, en general, simbolizan la fuerza más poderosa de cada elemento; de este modo, habría Dragones de Tierra, de Agua, de Aire, de Fuego y de Éter.
  • Dríades o Dríadas: Elementales de Tierra. De acuerdo con la tradición griega, las Dríades son Ninfas de los robles en particular y de los árboles en general. Dentro de la familia de las Dríades se encuentran las Hamadríades, que se relacionan con un único árbol en particular, y cuando el árbol muere de forma natural o es talado, muere al mismo tiempo la Hamadríade. Otros elementales asociados a las Dríades son las Alseides, de las flores y de los bosques; las Melíades o Melias, que pertenecen específicamente a la especie de los fresnos; las Dafníades, de los laureles; y las Epimélides, de los manzanos.
  • Duendes: Elementales de Tierra que están muy vinculados a los seres humanos, pues suelen habitar en las casas debido a la curiosidad que sienten por las formas de vida humanas. Esto les hace imitar muchas de las formas del comportamiento de las personas e incluso las maneras de vestir. A los Duendes se les atribuyen muchas travesuras como la pérdida de los calcetines o la elaboración de nudos en el pelaje de los animales e incluso en el cabello humano.
  • Gnomos: Elementales de Tierra, los gnomos tradicionales están presentes principalmente en los países escandinavos y germánicos, aunque sus variantes, como en el resto de los seres elementales, están presentes en todo el mundo. Se les asocia generalmente a los enanos. Se les suele relacionar con oficios como la minería, la forja y la acumulación de tesoros.6​ Se cree que son unas de las criaturas elementales más esquivas a los seres humanos, casi siempre de carácter huraño, por lo que viven en cuevas o bajo las raíces de los árboles en lo profundo de los bosques.
  • Goblins: Elementales de Tierra. En la tradición germánica, los Goblins presentan rasgos propios de los Trolls y de los Duendes. Generalmente se les representa de color verde y orejas puntiagudas, con garras y colmillos. Se cree que tienen un carácter malévolo y que odian especialmente a los elfos.

Salamandra en un grabado de 1548.

  • Hadas: Elementales de Tierra (o del elemento Aire según algunas versiones). En Irlanda se creía que habitaban bajo tierra, pero en otras regiones de Europa han estado principalmente asociadas a las flores y las plantas. Se cree que existen muchas razas de hadas y que las hay benéficas o malignas.7​ Las creencias tradicionales afirman que los niños menores de 7 años y los animales son capaces de verlas; en el caso de los adultos, solo aquellos que conserven un corazón puro podrían hacerlo. A las hadas que tienen el deseo de salir del mundo feérico para unirse a un amante humano en el mundo terrenal se les conoce como hadas Melusinas o Melusianas; estas hadas, por lo general, imponen a su compañero humano un pacto que, en caso de ser roto, conllevaría desastrosas consecuencias.
  • Leprechaun: Elementales de Tierra. Se cree que los Leprechaun son una raza muy particular de duendes nativos de Irlanda que han adoptado las costumbres de los antiguos irlandeses como el consumo de cerveza, los trajes tradicionales, entre otras. La creencia popular afirma que si alguien fija la mirada en un Leprechau, este no puede escapar, pero en cuanto el humano parpadea o desvía la mirada, el Leprechau desaparece.
  • Ninfas: Con este nombre se conoce a una amplia variedad de seres elementales de Agua y de Tierra con apariencia femenina y de altura generalmente igual a la humana. Las Ninfas provienen de la tradición griega. Se cree que se dividen varios grupos: Las Náyades son las ninfas de todos los cuerpos de aguda dulce; las Ondinas serían indistintamente de ríos, lagos y fuentes; las Creneas, de las fuentes y pozos; las Heleades, de los pantanos y marismas; las Limnades, de lagos y ciénagas; las Pegeas, de las cataratas y los manantiales; las Potámides, de ríos y arroyos; las Nereidas, de los mares en calma. Algunos tipos de Ninfas relacionadas con el elemento Tierra son las Oréades, de las grutas y montañas; las Auloníades, de los pastos de las montañas y los valles; las Napeas, de los bosques, montañas, cañadas y valles; y las Nisíades, específicamente del Monte Nisa.8
  • Orcos: Elementales de Tierra. Emparentados con los Goblins, los Orcos suelen ser descritos como seres estúpidos y con tendencias depravadas, violentas y dañinas. También han sido relacionados con los «cocos» infantiles. Se dice que en general son muy feos, sucios y malolientes, y que son intolerantes a la luz del sol, por lo que viven en profundas galerías subterráneas y dentro de cuevas.9
  • Salamandras: Estos elementales de Fuego normalmente han sido asociados al animal homónimo, la salamandra real. Los nigromantes y ocultistas de la Edad Media le atribuían grandes poderes y cualidades mágicas, debido a que el Fuego es considerado el elemento más puro de los cuatro básicos. En algunas ocasiones se ha descrito a las salamandras adquiriendo figura humana, normalmente de una mujer.
  • Sílfides y Silfos: Las Sílfides son elementales de Aire que toman apariencia femenina; en su aspecto masculino se les llama Silfos. Existen muy pocas descripciones sobre estos seres, pero se cree que les prestan ayuda e inspiración a los humanos sabios y a los grandes magos.
  • Sirenas: Elementales de Agua asociadas únicamente al mar y el agua salada. Según algunas versiones antiguas, las sirenas tenían cuerpo de ave y rostro de mujer, pero las versiones más conocidas las describen con la mitad del cuerpo para abajo con cola de pez, y la mitad del cuerpo para arriba con torso y rostro de mujer. En la antigua Grecia, los marinos temían al canto de las sirenas, pues creían que esos cantos los podrían hechizar hasta hundirlos en el mar.
  • Trolls: Elementales de Tierra. Se les conoce principalmente en los países escandinavos y la estatura con la que se les describe varía según el país, siendo desde muy pequeños hasta muy grandes dependiendo de la zona. Se dice que los Trolls tratan de evitar al máximo el contacto con los humanos, por lo que viven en cavernas y en las partes más oscuras e inaccesibles de los bosques. Su rasgo más característico es su enorme nariz, además de su escasa inteligencia

Elementales individualizados.

En la historia y las artes se conocen elementales con identidad individual, como los siguientes:

  • Dama del Lago: En el ciclo conocido como Materia de Bretaña se conoce como la Dama del Lago (Lady of the Lake) a un espíritu elemental de un lago que custodiaba la espada Excálibur.
  • Reina Mab: En el folclore inglés, la Reina Mab (Queen Mab) es un hada con un alto rango de reina. Se cree que es una partera que ayuda a los durmientes «dar a luz» a sus sueños.

Teóricos europeos.

Paracelso.

En el siglo XVI, el alquimista y astrólogo suizo Paracelso fue probablemente el primero en sistematizar la información referente a los seres elementales, en su tratado titulado Liber de Nymphis, sylphis, pygmaeis et salamandris et de caeteris spiritibus (Tratado de los Ninfos, Silfos, Pigmeos, Salamandras y otros seres), publicado en 1566, después de su muerte. La clasificación de los seres arquetípicos de cada elemento, según Paracelso, es la siguiente:

  • Ninfas y Ninfos: Seres del elemento Agua.
  • GnomosPigmeos o Duendes: Seres del elemento Tierra.
  • Silfos y Sílfides: Seres del elemento Aire.
  • Salamandras: Seres del elemento Fuego.

Paracelso incluía entre estos seres a los gigantes, y afirmaba que, aunque en general los elementales adquirían figura humana, eran de un origen completamente distinto al de los humanos y los animales. También afirmaba que los seres de un elemento no tienen ningún contacto ni vínculo con los de otro elemento. Decía que los nombres por los que se los conoce son una mera referencia arbitraria que muy poco debe importar, y él mismo proponía otra clasificación, que es la siguiente:

  • Ondinas o Undinas: Seres del elemento Agua.
  • Sylvestris (también conocidos como «hombres salvajes»): Seres del elemento Aire.
  • Gnomos: Seres del elemento la Tierra.
  • Vulcanos: Seres del elemento Fuego.

En la obra de Paracelso se encuentran numerosos elementos del folklore y el animismo propio de ciertas creencias de la antigüedad clásica

Fuente: Wikipedia.

Los Elementales.

Los elementales, también conocidos como seres elementales, espíritus elementales o genios de la naturaleza, son una categoría de seres mitológicos relacionados directamente con los elementos de la naturaleza, de la que se les considera formadores y protectores. Al estudio de los elementales se le conoce como Elficología o Feericología; en países de habla inglesa se conoce como Fairyology. 

Según las creencias populares, los elementales se encuentran en otra dimensión distinta la material en la que los humanos se mueven normalmente. Se cree que los animales y los niños pequeños tienen la capacidad de verlos. Se dice que es posible hacer rituales para invocarlos y que son usados en la brujería y en la alquimia con el fin de lograr objetivos mágicos. 

Los elementales fueron descritos por primera vez, de manera teórica, en las obras alquímicas de Paracelso, quien se basó a su vez en la teoría de los elementos naturales sistematizada por Empédocles y Aristóteles en la antigua Grecia. Según Paracelso y sus seguidores, las cuatro categorías básicas de elementales son las siguientes: gnomos de la Tierra, ondinas del Agua, sílfides del Aire y salamandras del Fuego, aunque existen otras clasificaciones, dependiendo de las fuentes y de los lugares.

3.1.Teorías Paracelso

En el siglo XVI, el alquimista y astrólogo suizo Paracelso fue probablemente el primero en sistematizar la información referente a los seres elementales, en su tratado titulado Liber de Nymphis, sylphis, pygmaeis et salamandris et de caeteris spiritibus, publicado en 1566, después de su muerte. La clasificación de los seres arquetípicos de cada elemento, según Paracelso, es la siguiente:

  • Salamandras: Seres del elemento Fuego.
  • Ninfas y Ninfos: Seres del elemento Agua.
  • Gnomos, Pigmeos o Duendes: Seres del elemento Tierra.
  • Silfos y Sílfides: Seres del elemento Aire.

Paracelso incluía entre estos seres a los gigantes, y afirmaba que, aunque en general los elementales adquirían figura humana, eran de un origen completamente distinto al de los humanos y los animales. También afirmaba que los seres de un elemento no tienen ningún contacto ni vínculo con los de otro elemento. Decía que los nombres por los que se los conoce son una mera referencia arbitraria que muy poco debe importar, y él mismo proponía otra clasificación, que es la siguiente:

  • Sylvestris también conocidos como «hombres salvajes»: Seres del elemento Aire.
  • Ondinas o Undinas: Seres del elemento Agua.
  • Vulcanos: Seres del elemento Fuego.
  • Gnomos: Seres del elemento la Tierra.

En la obra de Paracelso se encuentran numerosos elementos del folklore y el animismo propio de ciertas creencias de la antigüedad clásica.

3.2. Teorías Alexander Sethon

En el siglo XVI, el alquimista escocés Alexander Sethon estudió los diferentes elementos de la Creación, desde los pequeños seres de la naturaleza hasta el mismo Cielo, la composición de los astros y el fuego más puro donde habita Dios, en la luz inaccesible. 

Según este autor, la realidad es doble: por una parte, está el plano de lo sensible y lo empíricamente cognoscible, y por otra parte está el plano de lo espiritual, imperceptible para los sentidos vulgares y corrientes del ser humano, pero que es accesible a aquellos con capacidades de clarividencia. 

Para Sethon, los seres elementales ayudan a construir el mundo por ejemplo, los gnomos forman y mantienen los minerales y las piedras preciosas al interior de la tierra, pero su apariencia física, asimilada como antropomorfa, es producto exclusivamente de la superstición popular, mientras que, en cambio, su verdadera apariencia es inexpresable, pues va mucho más allá de lo material. ​

3.3. Teorías Heinrich Cornelius Agrippa

Heinrich Cornelius Agrippa, en su De Occulta Philosophia 1531-33, también escribió sobre los elementales, pero no les dio nombres, sino que se refirió a ellos como «seres ardientes, acuosos, aéreos y terrestres».

3.4. Teorías Geoffrey Hodson

Geoffrey Hodson fue un ocultista, teósofo y místico inglés que vivió entre 1886 y 1983. En su libro El reino de los dioses estudia las jerarquías angélicas, y trata el tema de los elementales, o formas astrales y etéricas, a los que llama «dioses menores». Según este autor, los elementales se encuentran en la escala inferior de la jerarquía angélica, y habitan en los cuatro elementos de la naturaleza. 

Este autor afirma que los elementales usan dos cuerpos distintos. Uno es el cuerpo astral permanente, y la otra consiste en un aura esférica y multicolor que rodea la forma interior «feérica». En este sentido, las descripciones físicas sobre estos seres serían condensaciones que desde su dimensión hacen hasta la dimensión humana, mientras que las varas aparecerían de forma espontánea como símbolo de poder y autoridad.

3.5. Teorías Edain McCoy

En 2004, la historiadora y experta en magia celta Edain McCoy estudió el tema de los elementales en su libro Guía de las hadas y otros seres fantásticos. Esta autora afirma que las hadas son seres con personalidad individual, sensibles, con emociones y derechos, y que habitan en un plano de existencia diferente al humano. También dice que algunas hadas pueden ser maliciosas y hasta peligrosas.

3.6. Teorías Scott Cunningham

En el siglo XX, el wiccano estadounidense Scott Cunningham afirmó que la magia con nudos se remonta a las hadas y los elfos, que por las noches acostumbran a hacer nudos en el cabello de la gente, en las crines de los caballos o en el pelo de muchos animales.

3.7. Teorías Benito Jerónimo Feijoo

En el siglo XVIII, el ensayista y polígrafo español Benito Jerónimo Feijoo escribió un ensayo titulado «Duendes y Espíritus familiares», en su Teatro crítico universal, en el que, citando al padre Fuente la Peña, dice que los duendes no son ni ángeles, ni demonios ni almas en pena. Siguiendo al mismo autor, señala que los duendes serían cierta especia de animales aéreos engendrados por la putrefacción del aire y vapores corrompidos, aunque Feijoo no está de acuerdo con esa hipótesis. 

Feijoo afirma que todos los testimonios recopilados sobre la existencia de estas criaturas, confirman que no se trata de seres malignos, como podrían ser los demonios, sino más bien pícaros y traviesos. Aunque este autor analiza el tema de los duendes de una manera racional, y concluye que no cree en su existencia, compara, no obstante, las historias que se cuentan sobre ellos con los genios llamados Lares, Larvas y Lémures por los antiguos romanos.

                                 

3.8. Teorías Jesús Callejo y Carlos Canales

Jesús Callejo y Carlos Canales son dos investigadores españoles que escribieron la Guía de seres mágicos de España, una trilogía compuesta por tres volúmenes: Duendes, Gnomos y Hadas. Esta obra se constituye en la primera gran compilación de testimonios e información sobre seres elementales de toda España, aunque ya antes se habían escrito libros que recopilaban informaciones de regiones aisladas del país. 

Según Jesús Callejo, las Hadas son elementales asociadas principalmente a las flores de las plantas, mientras que los Gnomos estarían asociados la tierra, por lo que permanecen escondidos en bosques profundos y cuevas. En cuando a los Duendes, este autor afirma que son los más cercanos a los humanos, pues les gusta inmiscuirse en las casas y curiosear sobre la vida de las personas.

3.9. Teorías Jorge Ángel Livraga Rizzi

Jorge Ángel Livraga es un filósofo, historiador y antropólogo argentino que ha estudiado el tema de los elementales. Para este autor, los elementales son formas de vida dentro de los elementos y cuyos cuerpos no están estrictamente en el plano físico, por lo que resulta muy difícil describir su apariencia. Sin embargo, en algunas ocasiones pueden manifestarse de alguna manera en el plano físico, y en esos casos adoptan formas similares a las conocidas por el ser humano, siendo esas formas aquellas con las que se les ha descrito la largo de la historia. 

Este autor coincide con la mayoría de teóricos al decir que los elementales son anteriores la aparición del ser humano en la Tierra. Afirma que los elementales son habitantes, guardianes y consubstanciales de los elementos.

3.10. Teorías Liliana Chelli

Liliana Chelli es una elficóloga argentina especializada en el estudio de los duendes, por lo que es más conocida como duendóloga. Para esta investigadora, los gnomos son seres mucho más viejos que los duendes, y pocas veces se dejan percibir por los humanos, pues prefieren vivir en entornos alejados de la civilización humana como cuevas y montañas. En cambio, los duendes, según Chelli, son más jóvenes y permanecen activos en las casas, en compañía de las personas.

3.11. Teorías Cristina Cortés de Herwig

Cristina Cortés de Herwig es una elficóloga y duendóloga mexicana especializada en el fenómeno conocido como» columpios” o trenzas que los duendes hacen en las crines de los caballos. Es directora del Museo de los Duendes, ubicado en la ciudad mexicana de Huasca de Ocampo, en el Estado de Hidalgo. Es autora del libro Duendes. Con las crines en la mano.