
TÉCNICA
- Colóquese de rodillas con las piernas juntas o ligeramente separadas.
- Apoyándose con las manos en las caderas o en la región lumbar, arquee el tronco hacia atrás tanto como le sea posible, siempre sin forzar en exceso.
- Suelte los brazos y coloque las manos en los talones o en los tobillos, dejando el tronco todo lo arqueado que pueda.
- Incline la cabeza hacia atrás.
- Regule la respiración.
- Mantenga la postura el tiempo indicado, deshágala con lentitud y relájese.
CONCENTRACIÓN
Durante el mantenimiento de la postura puede dirigir la atención mental a la región lumbar o a la respiración.
TIEMPO
Veinte segundos. Esta postura se debe realizar dos veces.
EFECTOS
- Fortalece extraordinariamente la espina dorsal, dotándola de gran elasticidad y evitando su envejecimiento prematuro.
- Fortalece pectorales y dorsales.
- Fortalece la cara alta de los muslos y las nalgas.
- Ejerce un profundo masaje en la región lumbar, mejorando el funcionamiento de los riñones.
- Equilibra el funcionamiento de la glándula tiroides.
- Abre la caja torácica y favorece el aparato digestivo.
- Tonifica la acción cardiaca y mejora el riego sanguíneo en la parte alta del cuerpo, favoreciendo el funcionamiento del corazón, los pulmones y el cerebro.
- Descarga mucha tensión y estabiliza el sistema nervioso.
Ramiro Calle.