«Ojalá podamos…»

Eduardo Galeano.

«Ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza.

Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.

Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.

Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.

Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo».

  • Eduardo Galeano | Fragmento del Discurso de Recepción del premio Stig Dagerman (Suecia, 2010).

Eduardo Galeano.
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José Saramago, Discurso de aceptación del Nobel de Literatura.

“Mi abuela, ya levantada antes que todos, me daba una gran taza de café con trozos de pan y me preguntaba si había dormido bien. Si le contaba algún mal sueño nacido de las historias del abuelo, ella siempre me tranquilizaba: No hagas caso, en sueños no hay firmeza. Pensaba entonces que ella, aunque también fuese una mujer muy sabia, no alcanzaba las alturas de mi abuelo, que tumbado debajo de la higuera, con el nieto José al lado, era capaz de poner el universo en movimiento apenas con dos palabras. Muchos años después, cuando él ya se había ido de este mundo y yo era un hombre hecho, vine a comprender que también la abuela creía en los sueños. Otra cosa no podría significar que una noche sentada ante la puerta de su pobre casa, donde entonces vivía sola, mirando las estrellas mayores y menores, hubiese dicho estas palabras: El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir. No dijo miedo de morir, dijo pena de morir, como si la vida de pesado y continuo trabajo que había sido la suya, en aquel momento casi final, estuviera recibiendo la gracia de una suprema y última despedida, el consuelo de la belleza revelada, justo allí en su casa, tan especial en el mundo, porque en ella vivió gente capaz de dormir con cerdos como si fuesen sus propios hijos, gente que tenía pena de irse de la vida sólo porque el mundo era bello, gente como mi abuelo Jerónimo, pastor y contador de historias, que al presentir que la muerte venía a buscarlo, se despidió de los árboles de su huerto uno por uno, abrazándolos y llorando porque sabía que no los volvería a ver”.

José Saramago,
Discurso de aceptación del
Nobel de Literatura

Literatura universal  

Conocimiento propio.

➖Conocimiento propio. —Por eso, como ya dije, es importante entender el proceso, el comportamiento de nuestro propio pensar. No puede adquirir conocimiento propio a través de nadie, de ningún libro, de ninguna religión, psicología o psicoanálisis. Tiene que descubrirlo usted mismo, por que es su vida; y sin ampliar y profundizar en ese conocimiento del yo, haga lo que haga, cambie cualquier circunstancia o influencia externa o interna, siempre estará abonando la tierra de la desesperación, del dolor y del sufrimiento. Y para ir más allá de esas actividades limitadas de la mente, uno debe comprenderlas; y para comprenderlas es necesario darse cuenta de la acción en las relaciones, la relación hacia las cosas, las personas y las ideas. Y en esa relación, que es un espejo, comenzamos a vernos a nosotros mismos, sin ninguna justificación o condena; y desde ese conocimiento más amplio y profundo del comportamiento de la, mente se puede proseguir; entonces la mente puede estar tranquila, recibir aquello que es real.
▪️J. Krishnamurti▪️. —Ojai -Charla Pública -(1949)-

Sociedad Teosofia.

Fragmento del discurso inaugural del Presidente Fundador
de la Sociedad Teosófica Henry Steel Olcott

¿Qué es lo que me hace no sólo estar contento, sino también orgulloso de ser, por un breve momento, el portavoz y la figura de este movimiento, arriesgándome a los abusos, a las tergiversaciones y a todos los ataques viles? Es el hecho de que en mi alma siento que detrás de nosotros, detrás de nuestra pequeña banda, detrás de nuestra débil y recién nacida organización, se aglutina un PODER MÁS PODEROSO que nada puede resistir: ¡el poder de la VERDAD! Porque siento que sólo somos la avanzadilla, manteniendo el paso hasta que el cuerpo principal suba. Porque siento que estamos alistados en una causa santa, y que la verdad, ahora como siempre, es poderosa y prevalecerá́.
(…) Porque siento, como teósofo sincero, que seremos capaces de dar a la ciencia tales evidencias de la verdad de la antigua filosofía y de la amplitud de la antigua ciencia, que su deriva hacia el ateísmo será detenida, y nuestros químicos, como lo expresa Madame Blavatsky, «se pondrán a trabajar para aprender un nuevo alfabeto de la Ciencia en el regazo de la Madre Naturaleza».

Artículo de la Revista “The Theosophist” 1907