El Kybalion.

"Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba"

El Kybalion.

El segundo gran principio hermético encierra la verdad de 
que existe entre los diversos planos de manifestación de la vida y del ser una armonía, concordancia y correspondencia. Esta verdad lo es porque todo cuanto hay en el Universo 
emanó de la misma fuente, y las mismas leyes, principios y características se aplican a cada unidad o combinación de unidades de actividad, conforme cada una manifiesta su propio fenómeno en su propio plano.
Para facilitar la meditación y el estudio, la Filosofía hermética considera que el Universo puede dividirse en tres grandes clases de fenómenos, conocidas como los tres 
Grandes Planos:

I. EL PLANO FÍSICO.
II. EL PLANO MENTAL.
III. EL PLANO ESPIRITUAL.
Estas divisiones son más o menos artificiales y arbitrarias, porque la verdad es que las tres divisiones no son más que grados ascendentes en la gran escala de la vida, siendo el punto más bajo la materia indiferenciada, y el más elevado el del Espíritu. Y, además, los diferentes planos se esfuman unos en otros, de manera que no puede establecerse una división firme y nítida entre la parte superior del Plano Físico y la inferior del Mental.
En una palabra, los tres grandes planos pueden ser considerados como tres grandes grupos de grados de vida en manifestación. 
Y aunque el propósito de este libro no nos permite entrar en una explicación extensa de los mismos, daremos una escripción general de ellos.
Para principiar podemos considerar la pregunta tan a menudo formulada por el neófito, que desea saber lo que significa realmente la palabra «Plano», término que se usa libremente, y que apenas ha sido explicado, en muchas obras de ocultismo. La pregunta se formula generalmente así: «¿Un Plano es un lugar que tiene dimensiones, o no es más que una condición o estado?» Y podemos contestar «No, no es un lugar ni una dimensión ordinaria del espacio; pero, sin embargo, es más que un estado o condición». 
Puede ser considerado como un estado o condición; pero, no obstante, el estado o condición es un grado dimensional, es una escala, y está sujeto a medida. Parecerá esto quizá una paradoja, pero examinemos el punto. Una «dimensión» es una medida en línea recta, relacionada con una medida base, etc. Las dimensiones ordinarias del espacio son longitud o largo, latitud o ancho, y grosor o altura. Pero existe otra dimensión de las cosas creadas, o medida en línea recta, conocida por los ocultistas y también por los hombres de ciencia, aunque estos últimos no le hayan dado todavía el nombre de dimensión.
Esta nueva dimensión, que por el momento es la base de muchas
especulaciones bajo el nombre de Cuarta Dimensión, es el
tipo usado para determinar los «grados» o planos.
Esta cuarta dimensión puede ser denominada la de la «Vibración».
Es un hecho bien conocido por la ciencia moderna, así como por los hermetistas, quienes han encerrado esa verdad en su tercer principio, que «todo está en movimiento, todo vibra, nada está en reposo». Desde la más elevada manifestación hasta la más baja, todas las cosas vibran. Y no solamente vibran con diferente intensidad, sino en diferentes dimensiones y de diferente manera. Los grados de «intensidad» vibratoria constituyen los grados para medir en la
escala de vibraciones, o sea los grados de la Cuarta Dimensión.
Todos estos grados forman lo que los ocultistas llaman «planos».
Cuanto más elevado es el grado de vibración, tanto más elevado es el plano. De manera, pues, que aunque un plano no es un lugar, ni estado o condición, posee, sin embargo, cualidades comunes a ambos.
Algo más tendremos que decir sobre las vibraciones en los
próximos capítulos, en los que estudiaremos el principio hermético de Vibración.
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El Kybalion.

El Todo.


«Más allá del Kosmos, del Tiempo, del Espacio, de
todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la realidad
Substancial, la Verdad Fundamental.»

El Kybalion.

«Sustancia» significa lo que yace oculto bajo toda manifestación externa, la realidad esencial, la cosa en sí misma. «Substancial» significa actualmente existente, el elemento esencial, el ser real.
«Realidad» significa el estado del ser verdadero, real, eterno, permanente, fijo.
Más allá de toda apariencia externa o manifestación debe haber siempre una realidad substancial. Esta es la ley. 
El hombre al considerar y examinar el universo, del cual es una unidad, no ve otra cosa que un cambio continuo en la materia, en las fuerzas en los estados mentales. Ve que nada es realmente, que todo se transforma y cambia. Nada permanece: todo nace, crece, muere; tan pronto como una cosa ha adquirido su máximo desarrollo empieza a declinar; la ley del ritmo está en constante operación; no hay realidades,
nada firme, nada duradero, fijo o substancial, nada permanente, todo es cambio. Todas las cosas surgen y evolucionan de otras cosas.
Hay una acción continua que es seguida siempre de su reacción
correspondiente; todo fluye y refluye, todo se construye y derrumba, todo es creación y destrucción, vida y muerte. Y si el hombre que tal examen hace y tales cosas ve fuera un pensador, comprendería que todas esas cosas en perpetuo cambio no pueden ser sino simples apariencias externas o manifestaciones de algún poder que se oculta tras ellas, de alguna realidad substancial encerrada en las mismas.
Todos los pensadores, de cualquier país o época, se han visto obligados a afirmar la existencia de esta realidad substancial. Todas las filosofías, cualquiera que haya sido su nombre, se han basado en esta idea. Los hombres han dado a esta realidad substancial muchos nombres: algunos la han denominado «Dios», otros «Divinidad Infinita
» y «Eterna Energía», «Materia», etc., pero todos han reconocido su existencia. Es evidente por sí misma. 
No necesita argumentos.

Tres Iniciados.

El Kybalion.

➖ «Toda causa tiene su efecto; —todo efecto tiene su causa;
—todo sucede de acuerdo con la Ley.
—Casualidad no es sino —un nombre para la ley no reconocida;
—hay muchos planos de causación,
—pero nada se escapa a la ley.»

El Kybalion.