Estoy tan cansada de esta vida.

«Abuela, estoy cansada. Tan cansada de esta vida».

«Toma tu cansancio, mi niña, y envuélvelo alrededor de ti. Como una manta en los fríos meses de invierno. El cansancio viene a hacerte un nido, a ponerte ropa cómoda, a hundirte en su cálido abrazo. Te invito a quedarte dentro de ti. Sin fuerzas, sin pensamientos, sin acciones. Como la nieve que lo cubre todo para suavizar el mundo, para amortiguarlo, para protegerlo del ruido. Acepta los copos de tu cansancio y déjate cubrir completamente por ellos».

«Podría morir enterrado ahí abajo…»

«En cambio, renacerás. Como la semilla en la tierra. No te resistas a tu cansancio, no lo rechaces con mil acciones, mil intenciones, mil sentimientos de culpa. Sólo quiere cogerte de la mano y llevarte a hundirte en el vacío. Justo ahí, donde está la fuente de toda fuerza interior. Nos enseñaron a ser fuertes resistiendo. Pero es en la rendición donde surgen los verdaderos héroes».

«Tengo miedo, abuela. ¿Y si la fatiga me aniquila?»

«Hija mía, no tienes miedo al cansancio sino a perder el control de ti misma. Ha llegado el momento de que te entregues a la vida. Y de engendrar junto a ella los hijos más maravillosos: ¡los frutos de tu alma!»

Elena Bernabé

Aprendiz de hechicera.

Deja un comentario