«El Curso de mi vida».

MARIE LANG
Después de mi regreso a Viena conocí un círculo de personas que se reunía alrededor de una mujer, cuya disposición del alma mistico-teosófica causaba una honda impresión en todos los que la rodeaban. Las horas que pude pasar en la casa de dicha mujer, Marie Lang, fueron sumamente valiosas para mi. El matiz serio de sensibilidad y comprensión de la vida adquiria en ella un carácter bello y noble. Las profundas experiencias de su alma encontraron expresión en un lenguaje sonoro y contundente. Una
vida de dura Iucha con el mundo y consigo misma sólo encontraba algún sosiego en la búsqueda mística, de manera que estaba destinada a convertirse en el alma de un círculo de personas llenas de inquietudes. En este grupo había penetrado la teosofía fundada a fines del siglo pasado por       H. P. Blavatsky. Franz Hartmann, que adquirió renombre en amplios círculos por su relación con H. P. Blavatsky y por sus numerosas obras teosóficas, había introducido la teosofia en el círculo de Marie Lang. Ella había aceptado muchas de sus enseñanzas y los pensamientos teosóficos parecían armonizar en muchos sentidos con la tónica de su alma. Sin embargo, lo que ella recibió por este lado permaneció más bien en la superficie, pues en su alma vivía un bien místico que había surgido de un corazón probado por la vida y penetrado con fuerza elemental en su conciencia.

Rudolf Steiner. 
"El Curso de mi vida". 
Capitulo IX. GA28 (1889 aprox)

Deja un comentario